Es la fractura obstétrica (las que se producen en el momento del parto) más frecuente.
Habitualmente se producen en recién nacidos que vienen mal colocados o que son muy grandes, y al sacarlos en el momento del parto se produce la fractura.
¡¡¡¡ NO ES CULPA DE NADIE!!!!!
Con frecuencia es el mismo obstetra el que comenta al Pediatra en Paritorio que ha notado u oído un “chasquido” en el momento de extraer al recién nacido, aunque no es raro que pase desapercibido y se diagnostique en la exploración que se le hace al día siguiente. En ese momento, se comprobará que el reflejo del abrazo o de Moro (Pediatra austríaco), el que hacemos los Pediatras al recién nacido estirando los brazos o tumbándolo rápidamente para que se asuste y abra y cierre los brazos, es incompleto o hay un brazo con el que no lo hace.
La palpación de la clavícula rota, comprobando que crepita, que roza y que se hunde (signo de la tecla), nos hará sospechar en esta fractura. Con una radiografía comprobaremos el diagnóstico.
No os preocupéis. Tranquilos. Se soluciona casi siempre bien y en 2 o 3 semanas.
No hay que hacer nada. Habitualmente ni les duele. No hay que vendar, ni nada por el estilo. Sólo intentad no movilizar demasiado ese brazo para evitar que le duela y sobre todo que no se desplacen los fragmentos.
Como os comenté, en 2 o 3 semanas, con la gran capacidad de regeneración que tiene el recién nacido, formará hueso y unirá los fragmentos. Notaréis al pasar la mano por esa clavícula un abultamiento, como una nuez, duro y no doloroso. Se llama “callo de fractura” y de nuevo tranquilos, con el paso de las semanas se irá remodelando hasta que ya no lo notéis y esa clavícula será normal ya para toda la vida.